
El rol del microbioma vaginal en la salud reproductiva
Una revisión actualizada sobre la influencia del ecosistema vaginal en fertilidad, embarazo y enfermedades ginecológicas

Dr Javier Alma
Ginecólogo obstetra. Especialista en medicina reproductiva
Introducción
El microbioma vaginal, definido como el conjunto de microorganismos que habitan el tracto genital inferior femenino, ha cobrado creciente relevancia en la práctica ginecológica. Su composición y equilibrio tienen implicancias clínicas directas en la fertilidad, el curso del embarazo y la predisposición a infecciones o trastornos inflamatorios.
Composición y fisiología
En condiciones fisiológicas, el microbioma vaginal está dominado por especies del género Lactobacillus, especialmente L. crispatus, L. gasseri, L. jensenii y L. iners. Estos bacilos Gram positivos acidifican el entorno mediante la producción de ácido láctico (pH ≤4.5), inhibiendo el crecimiento de patógenos y modulando la respuesta inmune local.
La disbiosis, caracterizada por una pérdida de dominancia de Lactobacillus y proliferación de bacterias anaerobias como Gardnerella vaginalis, Atopobium vaginae o Prevotella spp., se asocia con vaginosis bacteriana, enfermedad inflamatoria pélvica, parto pretérmino y complicaciones en técnicas de reproducción asistida.
Fertilidad y reproducción asistida
Diversos estudios han correlacionado una microbiota vaginal e incluso endometrial alterada con menor éxito en la implantación embrionaria, especialmente en tratamientos de FIV. Un entorno dominado por Lactobacillus se vincula con mayor tasa de embarazo clínico y menor tasa de aborto espontáneo precoz【1】.
Embarazo y complicaciones obstétricas
Durante la gestación, el microbioma vaginal tiende a una menor diversidad y mayor predominancia de Lactobacillus, lo que se interpreta como un estado protector. La disbiosis en el primer y segundo trimestre se ha asociado a mayor riesgo de parto pretérmino, rotura prematura de membranas y corioamnionitis【2】.
Infecciones y salud ginecológica
Además de la vaginosis bacteriana, alteraciones del microbioma se han relacionado con mayor riesgo de ITS, candidiasis recurrente, y posiblemente con la génesis de algunas neoplasias ginecológicas por mecanismos de inflamación crónica.
Aplicaciones clínicas emergentes
- Test de microbiota vaginal y endometrial: actualmente disponibles en algunos laboratorios, permiten caracterizar el ecosistema microbiano para orientar tratamientos personalizados.
- Probióticos vaginales: se investiga su eficacia como terapia coadyuvante en disbiosis recurrente o en pacientes con fallos repetidos de implantación.
- Transplante de microbiota vaginal (VMT): estrategia experimental basada en la lógica del trasplante fecal, con resultados preliminares prometedores en vaginosis refractarias.
Conclusión
El microbioma vaginal representa un campo emergente en salud reproductiva, con impacto diagnóstico, terapéutico y pronóstico. La integración de esta dimensión en la práctica clínica requiere conocimiento actualizado, criterio para la interpretación de estudios, y una mirada holística sobre el ecosistema vaginal.
Referencias
- Moreno I, et al. Evidence that the endometrial microbiota has an effect on implantation success or failure. Am J Obstet Gynecol. 2016;215(6):684-703.
- Fettweis JM, et al. The vaginal microbiome and preterm birth. Nat Med. 2019;25(6):1012–1021.
- Anahtar MN, et al. Cervicovaginal microbiota and reproductive health: The virtue of simplicity. Cell Host Microbe. 2015;17(2):160–165.